Radiografía del cáñamo: 5 años después no despega y hoy solo existen cultivos testimoniales

El cáñamo industrial quedó en promesa incumplida: cultivos y exportaciones testimoniales y empresas pioneras del rubro ya sin permiso para cultivar. Sin embargo, el MAG evalúa nuevas empresas y una cooperativa en busca de autorización.

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Investigaciones 09/9/25

Por Alfredo Guachiré

La radiografía oficial del cáñamo industrial en Paraguay muestra un balance que no coincide con la expectativa generada desde la creación del Decreto 2725/2019 sobre cáñamo industrial. Los permisos de cultivo se redujeron de más de mil quinientas hectáreas en 2020/21 a apenas tres en 2024, dejando al sector con cifras marginales. Empresas que fueron pioneras ya no cuentan con autorización vigente, mientras que el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) analiza nuevas solicitudes. Entre ellas destaca la Cooperativa Agronorte Ltda., una organización reconocida por su historial de trabajo con campesinos y cultivadores, que ahora enfrenta el desafío de cambiar el rumbo de un modelo atrapado en la concentración y la burocracia.

Un marco legal que quedó en el papel


El Decreto 2725/2019 definió al cáñamo industrial como cannabis con menos de 0,5% de THC, estableciendo que los permisos de cultivo, industrialización y exportación estarían bajo responsabilidad del MAG, en coordinación con la Secretaría Nacional Antidrogas (SENAD) y el Ministerio de Industria y Comercio (MIC). Un año después, el Decreto 3999/2020 creó el Programa Nacional de Cáñamo Industrial, lo declaró de interés nacional y hasta contempló créditos para impulsar el rubro. Sin embargo, el impulso legal nunca se tradujo en un modelo productivo sólido ni en una estrategia de industrialización.

Permisos en caída libre


El registro de hectáreas autorizadas marca con claridad la curva descendente: 1.531 hectáreas en 2020/21, 835 en 2022/23, 52 en 2023 y apenas 3,55 en 2024. Se trata de permisos otorgados, no de cultivos verificados, pero el retroceso muestra que el cáñamo pasó de promesa a cultivo testimonial en solo cinco años. El Estado no realizó auditorías públicas sobre el desempeño de las empresas ni explicó las razones de semejante caída.

*Superficie autorizada, no necesariamente cultivada.


Empresas habilitadas: de seis a tres


En abril de 2025, seis compañías figuraban con autorización: Healthy Grains S.A., Irupe Paraguay S.A., International Market S.A., Evona S.A., Organic Farms y The Latam Paraguay Factory. Para agosto de 2025, la lista se redujo a solo tres: Evona, Organic Farms y Latam Factory. La exclusión más llamativa es la de Healthy Grains S.A., pionera en el rubro, que llegó a cultivar en el último permiso en Hernandarias y fue responsable de las primeras exportaciones de cáñamo. Hoy ya no aparece habilitada en los registros oficiales.

Exportaciones mínimas frente al potencial


Entre 2021 y 2024 se autorizaron exportaciones por unas 321 toneladas de cáñamo en diferentes presentaciones: fibra, harina, biomasa, nuez descortezada y aceite. Ese volumen equivale a unos USD 657.000 en cuatro años, según un cálculo realizado por Mariguay. Aunque se trata de exportaciones autorizadas y no necesariamente concretadas en su totalidad, la cifra refleja el bajo impacto del rubro. Frente al potencial industrial anunciado en 2019, se trata de una actividad testimonial que nunca alcanzó escala económica.

El desafío del cooperativismo


La novedad de 2025 es la participación de la Cooperativa Agronorte Ltda., que inició el proceso de obtención de permiso para importar semillas y realizar ensayos con el Instituto Paraguayo de Tecnología Agraria (IPTA). Reconocida por su trabajo con campesinos, Agronorte representa una señal positiva dentro de un esquema dominado por la concentración empresarial. Su desafío es demostrar que la integración de productores rurales puede darle un rumbo distinto al cáñamo en Paraguay y abrir un camino hacia un modelo más inclusivo.

Cannabis medicinal: otra promesa incumplida


La situación es similar en el cannabis medicinal. La Ley 6007/2017 facultó a la Dirección Nacional de Vigilancia Sanitaria (DINAVISA) a otorgar licencias a empresas para producir cannabis de grado fármaco. Sin embargo, en abril de 2025 la propia DINAVISA reconoció que ninguna de las 12 licenciatarias está cultivando cannabis psicoactivo (THC ≥ 0,5%). En farmacias solo se consigue PRODROM®, un aceite sintético de THC con un precio superior a G. 2.250.000 por frasco. Esto refuerza la necesidad de reglamentar el grado no fármaco, porque los aceites de espectro completo de elaboración artesanal sostienen hoy el tratamiento de miles de pacientes. El artículo 2 de la Ley 6007 obliga al Estado a garantizar acceso gratuito a la medicina, una deuda que permanece pendiente.

Usos del cáñamo y necesidad de estrategia


El cáñamo industrial —cannabis con menos de 0,5% de THC, sin efectos psicoactivos— tiene múltiples aplicaciones: textiles, alimentos, bioplásticos, materiales de construcción y cosméticos. Sin embargo, Paraguay apostó primero por autorizar exportaciones sin haber consolidado un mercado interno o una estrategia de industrialización. El MIC debería liderar el diseño de una política que genere valor agregado y cadenas productivas sólidas. Sin una visión industrial clara, el cáñamo seguirá siendo un cultivo testimonial.

Una revisión impostergable


  • La radiografía del cáñamo en Paraguay revela un modelo que no logró despegar: permisos en caída, exportaciones mínimas y empresas pioneras fuera del circuito. La SENAD no debería tener injerencia en un proceso que regula una planta sin efectos psicoactivos. El Estado debe auditar lo ocurrido, flexibilizar los procesos, dar protagonismo a las cooperativas y garantizar el acceso a cannabis medicinal previsto en la Ley 6007. Solo con una revisión integral será posible transformar los permisos en papel en una política real de salud, producción e industrialización.